La propulsión Azipod conquista la industria naval

Editorial, Pág.3
Sistema de Propulsión Podded - Azipod, Pág.4
Carta del Rey, Pág.12
Congreso de IMPA, Pág.13
Criminal Law Action against Pilots:
No Exemption available, Pág.16
Seguridad en el puerto de Buenaventura, Pág.19
Saber perdonar, Pág.20
Curiosidades Históricas 27, Pág.32
Nuevas instalaciones de la Corporación de
Prácticos de Sevilla, en Chipiona, Pág.40
La Ruta Ártica, 41
El cantil
Nos hacemos eco, en nuestra revista, de un escrito que nuestros compañeros colombianos han dirigido al Presidente de su República solicitando la adopción de medidas de protección ante los secuestros que vienen sufriendo en la zona de servicio del puerto de Buenaventura.
Este hecho puntual y lamentable, hoy un práctico, mañana un buque, un secuestro express, muestra un eslabón débil en la cadena de seguridad y protección del ámbito marítimo portuario, al que no son ajenos la inmensa mayoría de los puertos ni el transporte marítimo mundial.
La piratería no solo está en Somalia, Indonesia o Malasia, sino en todos aquellos lugares donde existan malhechores, terroristas, secuestradores, fanáticos y perturbados, dispuestos a realizar cualquier tipo de acción, por tremenda que esta sea, para conseguir sus objetivos.
Recientemente, en un viaje de nuestro Vicepresidente Primero a Afganistán, dirigiéndose a los soldados, decía: “lo que hacéis aquí tiene repercusiones allí (España) porque la seguridad de Afganistán es también la nuestra. Combatís la seguridad, el miedo, el terror que es la semilla del odio. Es importante que lo recordemos una y otra vez".
La globalización alcanzó también al terrorismo y a otros modos de expresión de la violencia. Unos pocos pueden hacer un daño enorme a la economía mundial y por extensión al bienestar de los ciudadanos.
El terrorismo, en que se reflejan los muchos tipos de violencia, es una amenaza contra los buques sus cargas, tripulantes, pasajeros e incluso contra terceros dada la posibilidad de su utilización como un medio para perpetrar o desencadenar un ataque, un siniestro mayor contra las instalaciones portuarias.
La proximidad de los puertos a los núcleos urbanos exige un salto cualitativo en las medidas de protección marítima; su eficacia precisa de la superación del cantil del muelle, tradicional obstáculo en que el empezaban y terminaban todas las medidas de seguridad y protección del transporte marítimo.
Las medidas de seguridad en el mundo marítimo y en menor medida en otros modos de transporte, nacen y se implantan tras un siniestro de terribles consecuencias. El Convenio Internacional para la seguridad de la vida humana en la mar (SOLAS) responde a este estereotipo: El Titanic que dio lugar al nacimiento del Convenio SOLAS, el Torrey Canyon y el Amoco Cádiz, que dieron paso al Convenio Internacional para prevenir la contaminación de los buques (Convenio MARPOL), el Herald of Free Enterprise, el Scandinavian Star y el Estonia, que cambiaron las normas contra-incendios y de estabilidad dentro del abanico de la seguridad marítima.
En el campo de la protección, los atentados terroristas contra el Montlhery en Pasajes (pasó desapercibido –normativamente hablando), el Achille Lauro, el Cole, el Limburg, demostraron que la protección marítima traspasaba el ámbito físico del buque y que era necesario la adopción de otras medidas adicionales. Y ahí estamos o mejor dicho no estamos. El Código para la protección de los buques y de las instalaciones portuarias precisa, en términos generales y si se nos apura, en términos mundiales, de un desarrollo explicito más allá de las alarmas del buque y del cantil del muelle, donde han ido finalizando todas las medidas de reacción.
Un año más apuntamos la protección marítima como asignatura pendiente, cuya fragilidad nos han recordado nuestros queridos colegas colombianos y a los que, como a todos nuestros lectores, deseamos un Feliz Año 2011.
SÍGUENOS