Deepwater Horizon

Editorial, Pág. 3
Deepwater Horizon, Pág. 4
La desfachatez, Pág. 10
El Bonanza Express, Pág. 16
El Congreso en fotos, Pág. 29
Curiosidades Históricas 25, Pág. 35
Las cosas claras y …
La maniobra de aproximación a puerto es la más difícil a la que se enfrenta un buque donde se encuentra limitado en sus movimientos tanto en superficie como en la profundidad de las aguas disponibles y sujeto a condiciones ambientales que le son ajenas, con restricciones operativas internas obligado a inter-actuar con otros buques y donde la identificación de luces y marcas del balizamiento se ve perjudicada por la contaminación lumínica de la costa.Todo ello propicia que el 80% de los accidentes ocurran en las aguas costeras y proximidad de los puertos.
Que el Capitán de un buque se debe a los intereses de su armador es una obviedad que no debe escapar a ningún neófito. Los Capitanes hemos – como decirlo – disimulado, distraído, y jugado a ocultar las deficiencias de nuestros buques - como si de la bolita de los trileros se tratara - para que los inspectores de seguridad de la Administración – de cualquier país – fueran incapaces de detectar cualquier deficiencia de nuestro buque – por grave que fuera.
En este escenario y con estos ingredientes se conceden las exenciones al servicio de practicaje. Desde el punto de vista de la seguridad y protección marítima la concesión de exenciones al servicio de practicaje ha afectado seriamente a las condiciones de seguridad y protección marítima en que deben operar los puertos al suprimir el importante control que realizan los Prácticos (en cumplimiento de la normativa reguladora RD 393/96, RD 91/2003 y Directiva 95/21 EC) sobre las condiciones de seguridad y protección de los buques que acceden a puerto ya que en condiciones normales de operación, los Capitanes de los buques suelen omitir las deficiencias de los buques que mandan para eludir tanto a los Servicios de Inspección de la Capitanía Marítima como la asistencia del servicio de practicaje y, en su caso, del servicio de remolque.
Además, la ausencia del Práctico a bordo, en lo referente a la protección de las instalaciones portuarias frente a actos ilícitos impide también la detección y alerta temprana de eventuales amenazas terroristas y consecuentemente la adopción de medidas de protección antes de que se materialice un riesgo concreto.
El servicio de practicaje es el único que accede al buque antes de que este entre en la zona I de servicio del puerto y consecuentemente es el único que puede alertar a las Autoridades competentes de una posible deficiencia o irregularidad tanto en las condiciones de seguridad como de protección en que está operando el buque, posibilitando directamente o a través de los adecuados procedimientos de comunicación que se adopten las medidas correctoras o paliativas necesarias.
¿Habrá que esperar a que ocurra una desgracia para que se materialicen los instrumentos necesarios?
El servicio de practicaje tiene como misión especifica optimizar la explotación portuaria en un entorno de seguridad; aspecto este que ya reconocieron las fracasadas Directivas de acceso al mercado de los servicios portuarios y es reconocido por todos excepto por algunos armadores que aprovechan cualquier circunstancia para ocultar la realidad.
Decía el Presidente de ANAVE en su intervención en su Asamblea Anual:
“Hay otros aspectos, como la regulación de las exenciones de practicaje, que requieren una urgente revisión. Digámoslo con toda claridad: la seguridad es importantísima, pero con frecuencia sirve de excusa para imponer a Capitanes y empresas servicios muy costosos que realmente no necesitan. Es preciso replantearse la eliminación de costes superfluos…”
¿Que pretende ANAVE?
¿Ahorrarse el 3% de la cuenta de escala que representa el servicio de practicaje - posiblemente el servicio más o de los más económicos del puerto?
¿Suprimir el servicio de practicaje para que nadie pueda reportar las deficiencias de sus buques – que por cierto alcanzó el 58% en el año 2009 (51% en el 2008)?
El practicaje es un servicio portuario absolutamente estratégico y vital para la economía nacional y mundial - tan antiguo como la navegación, donde los Capitanes recurrían a los marinos locales para que les guiaran por aguas restringidas, y es, además, un servicio publico de interés general; sin cuya asistencia no podrían entrar en puerto la inmensa mayoría de los buques - incluso de los pocos armadores españoles.
Somos conscientes de esta trascendencia y nos sentimos especialmente orgullosos de ella, de ahí que el Colegio Oficial Nacional de Practicos de Puerto – con el concurso de la Administración ya sea marítima y/o portuaria que tutelan absolutamente el servicio, haya emprendido importantes iniciativas –de seguridad, calidad, formación, gestión - que lo sitúan a la vanguardia de los países de nuestro entorno.
Siendo un servicio de seguridad cuya servidumbre son los intereses generales es obvio que el Colegio Oficial Nacional de Prácticos de Puerto se oponga a la concesión de exenciones al practicaje especialmente porque - conocedores de lo que ocurre a bordo de los buques - somos conscientes que se están dejando en manos de los intereses particulares – sin ningún tipo de tutela - el interés general.
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